Primero, un poquito de contexto.
Yo he estudiado Inglés toda mi vida, pude tener el privilegio de haber tenido padres con la posibilidad de inscribirme desde pequeño a escuelas con acceso a un buen nivel de Inglés y clases particulares, por ello estoy muy agradecido de su esfuerzo y comprendo que no todas las personas tienen la misma accesibilidad y oportunidad de estas opciones. Sin embargo, en mi época de niño - adolescente, fui de los peores estudiantes; odiaba el idioma y siempre me escapaba de clases para ir a jugar o rodar mi bicicleta (¡las preocupaciones de una joven mente!), todo esto sucedía de manera constante hasta que, a mitades de mi educación secundaria, (al rededor de mis 14 - 15 años) empecé a formar mi personalidad; gustos, pasatiempos o hobbies, amigos, todo fue empezando a cambiar y, entre más exploraba, más cosas me gustaban (y dejaban de gustar)
Uno de estos múltiples gustos que encontré fueron los videojuegos, algo que mis padres no estuvieron muy feliz de saber, porque invertía demasiado tiempo en ellos. Y derivado de ese sentimiento, nunca gustaron de darme dinero para mis juegos, entonces lo que yo solía hacer era salir con amigos que si tuvieran acceso a ellos, después encontré el internet un poco más útil y, luego de haber llenado varias veces la computadora de mis padres de viruses, logré descargar las pruebas de muchos de mis videojuegos favoritos. Claro, no estaban completos, pero me daban el acceso a varias secciones de ellos, haciéndo que yo quisiera jugarlos más y más.
Un pequeño obstáculo, ¡todos estos juegos estaban 100% en Inglés!, este primer cubetazo de realidad me ayudó a enteder que parecía que el Inglés estaba en todos los lugares y no escaparía de él. Afortunadamente los videojuegos son bastante sencillos y suelen guíar a los jugadores (de mil maneras) hacia sus siguientes objetivos. Yo no entendía que decían, pero si entendía que una flecha enorme azul en la pantalla marcaba a donde ir, y los sonidos de victoria y recompensa lo comprobaban. Así fue como empecé realmente mi aprendizaje, sin saber que decían, pero en base a sus reacciones, consecuencias y premios fuí adoptando al principio sonidos, después, palabras y al final, expresiones completas en Inglés.
Al igual que los videojuegos, mi gusto música empezó a tomar diferentes direcciones y me sumergí del todo en mis géneros favoritos como el rock, rap, y muchos más. Y sucedió lo mismo, yo no sabía que decían, pero me gustaba el ritmo, la música, !aquí si podemos decir que la música rompe barreras! Aquí fue, cuando realmente decidí empeñarme en estudiar Inglés.
Mis maestros y maestras fueron (en su mayoría, afortunadamente) profesionales muy entusiasmados por la enseñanza, algo que intento yo replicar en mis clases, y siempre me motivaban a dar lo mejor, equivocarme y a querer el aprendizaje. Con ellos las pequeñas bases que ya tenía gracias a mi vida diaria, fueron cimentadas en su totalidad, fueron corregidas y sobre todo ¡ampliadas! Mis profesoras y profesores me abrieron el panorama para poder darme cuenta que el Inglés (como lo sospechaba, pero nunca comprobé) estaba en todo lo que yo quisiera hacer.
Al final de cuentas, la labor de un docente claro que es enseñar; pero si vemos un poco en retroespectiva en mi historia (y espero que igual en la de muchas personas) la pasión, el dar cobijo y sobre todo ¡alentar! el objetivo de fondo, es dar todas las herramientas para que nuestros alumnos salgan y pongan a prueba sus habilidad. Al final de cuentas, en cuanto idiomas, la mejor manera para aprender, desarrollar y avanzar, es usarlo. ¡No importa si nos equivocamos! porque en realidad, estos mismos errores nos impulsan a seguir adelante.
En conclusión, bien podríamos avanzar en nuestro Inglés (y cualquier otro Idioma) sin un profesor, y en base a nuestra inmersión, avanzar y adoptar algunas secciones de él. Pero, la posibilidad de invertir en un tutor, maestro, profesor, siempre valdrá la pena, ya que nosotros hacemos todo este viaje mucho más ameno, sencillo e interesante para nuestras y nuestros estudiantes. Guíamos con paciencia y deseo a nuestro alumnado, los animámos cuando la duda les invade, alumbramos este camino y lo facilitamos para aquellos que tienen el deseo o necesidad de emprender este viaje. Todos estamos ansiosos de ayudar, guíar y sobre todo enseñar.